Pasar al contenido principal
Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces

Manzana de las Luces

Conocé su historia

Se conoce con el nombre de Manzana de las Luces a la comprendida entre las calles Alsina, Moreno, Bolívar y Perú del Centro Histórico de la ciudad de Buenos Aires, donde a fines del siglo XVII los jesuitas construyeron su residencia, la Iglesia y el Colegio de San Ignacio, actual Colegio Nacional de Buenos Aires. Se trata de un sitio clave durante diferentes períodos históricos del país, ya que fue sede de instituciones vinculadas a su desarrollo cultural, educativo y religioso.

Con más de 400 años de historia, su arquitectura es un testimonio de la Buenos Aires colonial, de la influencia jesuítica y de la organización nacional. En septiembre de 1821 el periódico El Argos la denominó por primera vez “Manzana de las Luces”, debido a las instituciones intelectuales que alojaba. Entre sus paredes funcionó la Junta de Temporalidades (1767); el Tribunal del Protomedicato (1780); la Imprenta de Niños Expósitos (1783); la Universidad de Buenos Aires (1821); la Academia de Medicina (1822); el Departamento de Ciencias exactas (1865), que dio origen a las actuales Facultades de Arquitectura, Ingeniería y Ciencias Exactas, y la Academia de Jurisprudencia (1865). También fue sede de la Biblioteca Nacional, del primer teatro, el primer museo y el primer banco de la ciudad.

Este conjunto arquitectónico ha logrado subsistir casi en su totalidad hasta nuestros días, y sigue siendo un testimonio de la diversidad cultural y educativa que forjó a la Argentina.

La Procuraduría de las Misiones

Este conjunto edilicio data de 1730. Se trata de una construcción de ladrillo de dos plantas, con bóvedas de cañón corrido y revestimiento de cal, ubicada en la esquina de las calles Perú y Alsina. Era la sede administrativa del comercio generado por las Misiones Jesuíticas, siendo a la vez sitio de alojamiento de los indígenas de las reducciones que venían a Buenos Aires para cumplir con diferentes tareas. En el sector norte de la Procuraduría funcionaban también la escuela de primeras letras y la botica o farmacia, mientras que las oficinas, depósitos y aposentos se ubicaban en los sectores oeste y sur.

Túneles coloniales

Se trata de una red de túneles construidos entre los siglos XVII y XVIII, que corrían de sur a norte y de este a oeste, y unían de manera subterránea las iglesias, los edificios públicos y el Fuerte, cuyos cimientos subsisten debajo de la Casa Rosada. El motivo de su construcción, el origen de los planos y sus funciones en la Buenos Aires colonial siguen siendo aún tema de debate entre los historiadores.

IMPORTANTE: La visita a los túneles se encuentra suspendida hasta nuevo aviso.

La Sala de Representantes

Funcionó desde 1822 hasta fines del siglo XIX, con funciones equivalentes a las del actual Congreso de la Nación. En ella se vivieron momentos claves de nuestra historia, como la jura del presidente Bernardino Rivadavia y la asunción de Manuel Dorrego y Juan Manuel de Rosas como gobernadores de Buenos Aires.

Patio Arqueológico

En 2022, interviniendo uno de los patios durante la puesta en valor del edificio, se descubrieron antiguas estructuras subterráneas para el abastecimiento de agua de una de las casas redituantes (de alquiler) del siglo XVIII y el sistema cloacal utilizado por la Universidad de Buenos Aires que ocupó dicho espacio en el siglo XIX. De las cinco estructuras subterráneas halladas en el patio, dos de ellas fueron identificadas en la década del 80´ sin haber sido excavadas arqueológicamente y tres durante el actual proyecto.

Estas estructuras subterráneas constituyen huellas del pasado de la ciudad de Buenos Aires, de los modos de vida de la época y de las prácticas cotidianas de sus habitantes, aportando al gran valor patrimonial de la Manzana de las Luces.

Los hallazgos arqueológicos descubiertos incluyen el aljibe del patio del siglo XVIII ─ uno de los más antiguos conservados en la ciudad─ y un sistema cloacal conformado por pozos ciegos, canales, sumidero y desagüe de letrinas.

Uno de los pozos ciegos fue hallado cerrado, tal como fuese construido en el siglo XIX. Para preservar la autenticidad del bien patrimonial, de acuerdo a estándares internacionales de protección del Patrimonio, se decidió no abrirlo, preservándolo intacto. Para conocer su interior se empleó una cámara que se ingresó por uno de los canales que lo vincula con otra de las estructuras halladas. Es la primera experiencia de este tipo que se realiza en un sitio arqueológico urbano en el país y es el único pozo ciego que permanece cerrado desde que se construyó.